La crisis que estamos viviendo actualmente, pone en evidencia la necesidad de impulsar la digitalización energética en nuestro país. Para ello, muchas compañías de distribución de energía eléctrica optan por implementar una tecnología de comunicación que permita gestionar de forma eficiente los diferentes equipos y aplicaciones que forman su ecosistema eléctrico, con el objetivo de optimizar sus recursos y al mismo tiempo satisfacer las necesidades de las múltiples áreas de la compañía.
El desarrollo tecnológico que se está dando a nivel mundial, trajo como consecuencia que la cantidad de interacciones entre dispositivos electrónicos que hacen uso del internet se haya incrementado exponencialmente. Esto es debido a que la conectividad se trasladó de los celulares y equipos de cómputo, a tener una conectividad remota con muchos otros dispositivos con los que interactuamos en el día a día, tales como: electrodomésticos, artículos personales, sistemas de videovigilancia, equipos de oficinas, dispositivos para el cuidado de las personas, etc., trayendo como resultado el concepto de Internet de las Cosas o también llamado IoT.
Por ello, se viene un desafío por encontrar tecnologías que sean capaces de comunicarse y gestionar de forma eficiente los miles de equipos con los que interactuamos todos los días. Trasladando este concepto de IoT a nuestro sector, nos referimos a la comunicación y manejo de los diferentes equipos o dispositivos que garantizan la cadena de suministro de energía en sus diferentes etapas: Generación, Transmisión y Distribución.
Teniendo en cuenta que en la mayoría de los casos ya se cuenta con comunicación para Sistemas de Generación y Transmisión, el desafío más grande hasta el día de hoy se encuentra en Distribución, debido a las grandes distancias y topologías accidentadas que caracterizan las zonas de concesión de nuestro país.
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